viernes, 8 de marzo de 2013

VISIÓN ANTI TLC GANA FUERZA EN EL GOBIERNO

Desde que el país retomó los acercamientos con la Unión Europea para reiniciar los diálogos de un Acuerdo Comercial para el Desarrollo (ACD) las contradicciones sobre el tema, al interior del Gobierno, han sido permanentes. El 5 de febrero del 2010, el presidente Rafael Correa anunció la reanudación de los diálogos con la UE, suspendidos un año antes. Sin embargo, al poco tiempo el canciller Ricardo Patiño anunció que no se firmaría un Tratado de Libre Comercio, sino un documento que responda a las asimetrías entre el país y el bloque. Esa misma posición, que se ha mantenido hasta la fecha, la comparten otros funcionarios de Cancillería. El viceministro Kintto Lucas, por ejemplo, ha sido uno de los más fervientes opositores a la firma de un tratado con la UE. Pese a que el presidente Correa ha insistido en la voluntad de negociar con la UE -aunque no un tratado tradicional- fuera de los pasillos gubernamentales las posturas de funcionarios anti-acuerdo comercial continúan. El titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES), Fander Falconí, por ejemplo, advirtió hace dos semanas que la propiedad intelectual, la soberanía alimentaria, los servicios y las compras públicas del país corren serios riesgos de llegar a un tratado con el bloque. "El TLC que pretende firmar el Ecuador con la UE, lejos de aumentar las opciones del Buen Vivir, a partir de una matriz productiva más eficiente y amplia, confirmará la matriz productiva heredada del siglo XIX", señala. Estas aseveraciones están dentro del libro "El Retorno de las Carabelas", en el que colaboró junto a otros actores, entre los que está Alberto Acosta, ex presidente de la Asamblea Constituyente. Otros ex funcionarios del actual Régimen, como Katiuska King, han criticado el posible acuerdo advirtiendo que el país pone en serio riesgo la posibilidad de transformar su matriz productiva. El Comercio, 13 feb. 2012, p. 8

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